Escribo como catarsis, como muchos de los que escriben. Para ordenar pensamientos, para que éstos cobren la importancia que tienen, para plasmar reflexiones..........y el reciente cese de la gerente de l'Àmbit d'Atenció Primaria de Barcelona ciudad bien merece una reflexión. Para saber a dónde vamos y de dónde venimos, pero sobre todo, para saber cómo hemos llegado hasta aquí.
¿Os acoráis cuando había profesionales con ojo clínico? es probable que éste término sea para muchos desconocido. Se decía que un profesional tenia ojo clínico cuando "acertaba en su diagnóstico " (fuera médico/a o enfermera/o, no voy a entrar en esta cansina lucha dialéctica, de poderes, de segregaciones), acertaba y punto. Y lo hacía como si un sexto sentido lo hubiera guiado, apoyándose claro está en una serie de pruebas diagnósticas que, en definitiva, no hacían más que argumentar esa sospecha inicial que tenia.
Explica Eduard Punset que hay algo en el pensamiento humano, sin explicación científica, que hace que el hombre tenga sensaciones inexplicables, como un sexto sentido. Que esa intuición es esencial en la toma de decisiones y que no es del todo irracional, son atajos que escoge el cerebro para ser más eficaz. El proceso de elección se basa en una serie de reglas generales que el cerebro ha ido aprendiendo a lo largo de miles de años. Esas reglas forman parte de una especie de libro de instrucciones en el que se encuentran respuestas rápidas y precisas. http://www.redesparalaciencia.com/62/redes-4-la-intuicion-no-es-irracional
Intentando hacer un paralelismo, el buen clínico, intuye muchas veces el diagnóstico porque ya lo ha visto antes, en los libros, en otras exploraciones físicas o psíquicas, durante anamnesis minuciosas y detalladas. Ya lo ha visto antes porque básicamente ha mirado al paciente, lo ha observado, lo ha escuchado, le ha dedicado tiempo y en algún lugar de su inconsciente ha quedado una impronta por repetición que le hace tener esa intuición. En la actualidad, estamos más pendientes del ordenador, de que no se nos olvide "clickar" o pedir esto o aquello de lo que dependen nuestros objetivos, que a su vez dependen los del equipo, que a su vez dependen los del resto de la empresa para la que trabajamos, que a la vez..........., y en eso nos hemos convertido en una cadena de producción con un engranaje perfecto olvidando que trabajamos con personas y para personas. Y nos hartamos de pedir pruebas y mas pruebas que, claro está, siguen protocolos, que supuestamente responden a guías clínicas, guías que describen las intervenciones más eficientes, eficaces y efectivas para ésta o aquella patología. Y en todo este berenjenal, se nos olvida muchas veces mirar a la cara a nuestro paciente, y así, claro está, es muy difícil tener ojo clínico.
No es que esté en contra de la tecnología ni de la evidencia científica, no sería muy inteligente por mi parte, ha contribuido a mejorar nuestra calidad de vida. Pero......¿no se han matado demasiadas veces moscas a cañonazos? ¿no se han alargado agonías que, a qué precio, han entrado a formar parte de la estadística de aquello que llamamos aumento de la esperanza de vida de nuestra sociedad?
!!Hay que recuperar el ojo clínico!!
El ojo clínico, el sexto sentido y sobre todo........el sentido común.
Eran las 23,30 h. y tenía unas ganas tremendas de ir a cenar, esa era la hora en la que me tocaba bajar al comedor. Salí a la sala de espera con las 4-5 fichas que acababan de llegar, correspondientes a los susodichos 4-5 nuevos pacientes. Anotábamos en un margen de la ficha el motivo de la visita: dos fiebres, un mareo, una crisis de ansiedad ( "éste para psiquiatría que se ha colado en el triage de medicina, ahora llamo al camillero" pensé) y un cólico nefrítico ("le doy un bote y va haciendo pipí"). Los llamabas por el nombre y les mirabas a la cara, analizabas en pocos segundos su aspecto y decidías el nivel de gravedad para hacerlos pasar. Noche tras noche, creando impronta.
Sólo teníamos un box libre y pasé al paciente con mareos.
- Vaya quitándose la ropa y póngase esta bata por favor.
¡Por fin llegó mi compañero y podía ir a cenar!
- Joan, acabo de pasar a un señor al box 7, no tardes en ir a tomarle las constante que no tiene buena pinta, este tío se para- le dije, a la vez que miraba al adjunto de la guardia y le pedía que mejor se lo mirara él a este paciente.
Me lavé las manos, cogí mi bata y bajé a cenar. Al subir enseguida vi que el box 7 estaba vacío. Colgué la bata, me lavé las manos y el adjunto me miraba diciéndome:
- ¿Cómo lo sabías?
- ¿El qué?
- Que se iba a parar
- No lo sabía................sólo lo intuí.