sábado, 25 de octubre de 2014

La paciencia

En el mundo en que vivimos y con dos hijos adolescentes, una de las dotes que más agradezco haber adquirido a través de la profesión enfermera es la paciencia. La comida rápida, el tren de alta velocidad, la instantaneidad de las redes sociales, .............. un ritmo frenético que no ayuda a cultivarla en absoluto. Pero nosotras las enfermeras somos unas privilegiadas y os explicaré el por qué.
Porque hay que tener mucha paciencia con 21 años y con la sangre hirviéndote en las venas cuando pretendes que la Sra Maria con un hictus residual y un alzheimer evolucionado se acabe la sopa. Aprendes a tener paciencia cuando entras a trabajar el sábado por la tarde en la sala de medicina interna y, como es fin de semana, en lugar de las tres enfermeras y dos auxiliares que erais el viernes sois solo dos enfermeras y una auxiliar en plantilla aún cuando los pacientes son los mismos. Te alegras de haber tenido paciencia noche tras noche, al ofrecerle los mejores cuidados a aquel paciente en la U.C.I., con un mal pronóstico por el traumatismo craneal que sufría y que al fin al vigésimo día salió del coma. Y que deciros de la paciencia que se necesita para trabajar en la atención primaria con una población mayoritariamente inmigrante, con una barrera idiomática dificil de salvar, pero con unas necesidades de salud de las que no  puedes y no quieres dejar de ocuparte.
Doy gracias a todos ellos, por lo que me han enseñado, por hacerme crecer, porque quién mejor que ellos: los pacientes, para aprender lo que es la paciencia.

sábado, 4 de octubre de 2014

El violinista en el tejado

Llegaba tarde a clase, abrí sigilosamente la puerta del aula, entré y me senté intentando pasar desapercibida pero fue inútil, de fondo oí su voz que decía: " fijaos....siempre igual.....parece un violinista en el tejado.." Sus palabras se grabaron en mi cabeza y me han acompañado siempre. Demasiado a menudo he tenido esa sensación, la de un violinista en el tejado, fuera de lugar, como un pulpo en un garaje, sin entender la discrepancia con los otros.
Soy enfermera por la gracia de dios y muy a pesar de mi madre, quién cuando le anuncié mis intenciones enunció un tajante: .."""""es el disgusto más grande que me podías dar hija mía!!!!"""", sin dejar espacio a réplica o argumentación alguna por mi parte.
Después de casi 25 años ejerciendo la profesión creo que he entendido a qué se refería.
Cuando se publican encuestas sobre las profesiones que la sociedad reconoce como más necesarias, la enfermería aparece en los primeros puestos de la lista, sin embargo, cuando se les pregunta a los ciudadanos si aconsejarían a sus hijos a los hijos de sus amigos que se dedicaran a cuidar a las personas, la mayoría de ellos responden que no. Así pues, con el tiempo, he entendido la reacción de mi madre y la he aceptado.
La sociedad asocia el acto de cuidar a personas con sufrimiento, sacrificio, dolor, tristeza,............nada que una madre quiera para sus hijos.
El propósito de mi blog es explicar las muchísimas cosas buenas que me ha aportado y me aporta mi profesión y sobretodo, explicar todo lo que he aprendido de aquellas personas a las que he cuidado.